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En virtud del art. 129 del Código del Consumo italiano, el vendedor tiene la obligación de entregar al consumidor bienes conformes al contrato de venta, en cumplimiento de los arts. 130 y 131 del Código del Consumo italiano, siempre que sean compatibles. Por tanto, el principio de conformidad impone que el bien entregado corresponda al bien acordado en el contrato y respete los requisitos subjetivos y objetivos indicados en los apartados 2 y 3, respectivamente, del art. 129 del Código del Consumo italiano.